Michelin acuerda su segundo ERTE a consecuencia de la crisis del covid-19
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Después de cuatro reuniones, la Mesa Negociadora ha acordado las condiciones de aplicación del ERTE como fórmula para hacer frente al pronunciado descenso de la actividad y para evitar poner en riesgo puestos de trabajo que pudieran estar cuestionados por efecto del bajo nivel productivo actual. Con el acuerdo en las condiciones al que se ha llegado hoy, el ERTE imposibilita a Michelin a que pretenda ajustar las plantillas al reducido nivel de producción actual y trata de permitir que se mantenga todo el empleo existente hasta el final de la crisis del coronavirus.
La memoria justificativa y explicativa del ERTE, entregada a los componentes de la Mesa Negociadora, fundamenta el mismo en los acentuados descensos de las ventas de neumáticos provocados por el impacto de las restricciones de la movilidad y por la paralización de la actividad económica mundial.
El ERTE será de aplicación desde el 18 de mayo en los cuatro centros industriales de Michelin en España (Aranda de Duero, Lasarte, Valladolid y Vitoria-Gasteiz). La fecha de finalización será en todos los casos el 15 de septiembre, y el ERTE afectará a 70 días naturales como máximo a cada una de las 7.502 personas que componen actualmente la plantilla de Michelin en España.
El acuerdo reconoce el respeto y compromiso con todas las obligaciones adquiridas en el Convenio Colectivo en vigor, incluido el mantenimiento y renovación del empleo. Las condiciones acordadas suponen que Michelin garantiza unas percepciones complementarias a las prestaciones del SEPE de un 80% del salario bruto individual, así como que el ERTE no afectará al devengo de las vacaciones anuales y de la paga extra de verano, sólo afectaría proporcionalmente al devengo de las pagas extras si el ERTE se aplicara a partir del 1 de julio.
Asimismo, se excluirá del ERTE al personal en situación de jubilación parcial vinculado a contrato relevo y al personal que no tenga derecho a prestación si no se prorroga la normativa que protege estas situaciones más allá del 30 de junio. Se preservará al máximo los contratos y el empleo estructural de las empresas subcontratadas, y se creará una Comisión de seguimiento paritaria en cada centro de trabajo para el control y aplicación del ERTE.